Concepto:
La conquista del objeto. La pieza instrumental Mais el rim  de Fairuz nos adentra en un universo mental, el universo de la duda, de la ensoñación y del anhelo. Y es que en la medida en que la presencia se hace notar, la intención queda sencillamente de manifiesto. Solamente interrumpiendo nuestra egótica corriente mental diaria por un momento podemos intuir (ver, es lo que significaba este verbo en latín) lo que queremos alcanzar o ser. Ese es el anhelo final en torno al cual se presentan siempre varios inconvenientes.  Solamente si se persevera, si se insiste en esa afirmación, se logra asir el objetivo.

Muchas son las prácticas actuales que nos invitar a “enfocar nuestra atención en lo que queremos verdaderamente” y muchas fueron en la antigüedad las que labraron ese camino de búsqueda e introspección. Ese asomarse al objeto de deseo, un objeto en el cual se objetiviza todo aquello a lo que Ella, la jovencita, tiende, se hace aquí visible y por lo tanto físico. El baile es un contoneo y ronda en torno a ese objeto, una antigua jarra persa de latón. Una mujer escucha música, está sola, sin público; lleva un traje de espectáculo con top y falda y volantitos y pañuelos, todo ello en juego de negros y blancos. Tiene adornos, pero no en exceso. De repente, ve la jarra y la ambiciona, celebra su sorpresa, quiere acercarse y tomarla en sus brazos pero “el censor” se lo impide; conversan; finalmente, ella se dirige a la jarra, la coge, se acerca al borde del escenario en el centro y la muestra. Lo ha conseguido.